Un día soñé y soñando camine.
Camine sin rumbo fijo y con la mente en blanco.
Mis pasos divagantes, seguían una senda invisible que me llevaba a un todo o a un nada,mas aun así seguía caminando.
Una piedra en el camino,como aquella de la canción,me hizo tambalear, demostrándome que dormida no se debe caminar.
Pero camine y camine, aun dormida y sin sentir el suelo bajo mis pies.
Sentí que volaba y que nadie ni nada podría pararme, que las nubes y los pájaros que me hacían compañía allá por lo alto eran mis cómplices en tan alocado vuelo.
Mi vida me pertenecía de nuevo y volaba libre en muy altos vuelos.
Un zumbido al principio suave y después intenso,retumbo en mis oídos y os aseguro que no era el viento.
Quemo con fuego voraz, las alas que me elevaban hasta el firmamento, volviéndome en picado al duro suelo...
Abrí mis ojos de nuevo al mundo y contemple la triste realidad que me rodeaba.
Los muelles oxidados de una vieja litera que todas las noches me observaba dormir,cual vieja cotilla mira tras una ventana en la oscuridad.
Un pequeño aseo, el cual era mejor, que no rozara ninguna parte de su superficie.
Y un pequeño escritorio, con un poco de papel y un lápiz donde poder escribir una oda de despedida de este lúgubre lugar....
La cárcel de Bolivia era mi hogar y seria hasta que tuviera el valor de quitarme la vida.
Mi delito...amar a un hombre y hacer por el lo que no esta en los escritos.
Aqui me veo,sola sin amor y sin libertad....por ello os digo.....
¡Que bonito es soñar....!!!!
